El calor, en los deportes de largo aliento siempre ha sido el talón de Aquiles de la mayoría de los deportistas, muchos de ellos prescinden directamente de exponerse a ello preservando su homeostasis aprovechando horarios y momentos del día de menor irradiación solar para conseguir mantener sus ritmos objetivo de entreno y no perecer en el intento.
La necesidad de termo-regularse y el cuerpo disponer de mayor flujo sanguíneo para la transpiración en la superficie de la piel hace que los músculos y otros órganos vean una menor afluencia de sangre con la consiguiente bajada de rendimiento y estrés central derivado. Malas sensaciones, imposibilidad de alcanzar ritmos marcados por livianos que parezcan en otras condiciones etc...
La ventaja adquirida de enfrentarnos a estas circunstancias es una adaptación periférica a una mejor sudoración y regulación de temperatura corporal y central, aparte de una mejora apreciable en un breve espacio de tiempo del incremento del volumen plasmático, digamos, "un parámetro" que dicta tu estado de forma.
Extracto:
"Aunque a primera vista el entrenamiento en ambientes cálidos puede parecer más factible desde el punto de vista logístico que el entrenamiento en altitud para la mayoría de los atletas, las prácticas exitosas de entrenamiento con calor pueden requerir la misma ejecución meticulosa que se requiere con el entrenamiento en altitud. Hasta donde sabemos, solo tres estudios han demostrado mejoras en el rendimiento del ejercicio de resistencia en temperaturas templadas después de las prácticas de entrenamiento con calor ( 7,9,14 ). Los atletas en los tres estudios antes mencionados ( 7,9,14 )"
Mi experiencia particular siempre ha sido positiva empleando el calor como aliado en la adquisición de la mejora física, he alentado a muchos atletas que preparo a realizar determinados entrenos basados en RPE en lugar de objetivos de potencia preestablecidos para favorecer en primer lugar la tolerancia al ejercicio en esas condiciones, las primeras semanas como objetivo de aclimatarse para posteriormente poder ir aproximándonos a intensidades más acordes y una RPE contenida.
Las mejoras en competición en ambientes templados fue sustancial, sobre todo como se instruye en el articulo, bajada de ritmo cardiaco a intensidades similares pre exposición estrés - térmico.
El tema del post pretende no indagar en el empleo del campo de entrenamiento calor/altitud, que he dejado una buena referencia para investigación personal al respecto previamente, sino en las posibles contra venencias de determinadas dietas / alimentos en el impacto de las adaptaciones por calor.
Existen en nuestro cuerpo una serie de proteínas llamadas proteínas de choque térmico, multitud de ellas que desencadenan tras la exposición al estrés térmico una serie de señales que implementan en las células adaptaciones al mismo, estando prevenidas ante próximos estresores, las más conocidas son las HSP 70, 60 y 90 aunque existen varias de menos tamaño (sHPS) de igual función.
Estas proteínas pueden verse afectadas por evidentemente muchos factores como medicamentos, enfermedades (cáncer desgraciadamente, sobre expresadas) etc... Pero parece que alimentos pueden tener un gran impacto en la manifestación de los mismos, sobre todo aquello que aparece en multitud de publicidad y revistas de "riguroso prestigio" de comida "sana" o recomendaciones como serían las bondades de los flavonoides, presente en frutas, verduras y demás.
Pues parece que la inhibición real de las proteínas de choque térmico mediante la ingesta de los mismos puede afectar agudamente a las adaptaciones al calor y dichas proteínas:
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/2085852/#
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/1321338/
Y por consiguiente aumentar el daño producido por el mismo en el tracto intestinal y epitelio:
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/10590836/
La supresión de estas proteínas parecen tener un objetivo terapéutico notorio en enfermedades como el cáncer colorrectal, de ahí que una dieta frecuente en verduras y frutas contribuya sustancialmente a evitar este tipo de tumor.
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33023943/
En particular se citan en varios artículos el reconocido flavonoide quercetina, conocido por sus propiedades anti-cáncer ya mencionadas, promotoras de la salud, un antioxidante de los más frecuentes en la mayoría de verduras y frutas que ingerimos a diario :
https://www.researchgate.net/publication/340970764_Quercetin_Attenuates_Atherosclerosis_via_Modulating_Oxidized_LDL-Induced_Endothelial_Cellular_Senescence
Dicho flavonoide se encuentra en mayor medida en alimentos ricos en FODMAPs realmente está casi presente en gran cantidad de alimentos que ingerimos a diario.
Varios estudios han comparado el efecto de dichos FODMAPs en los síntomas gastrointestinales ocasionados por el ejercicio en ambiente caluroso, encontrando estos últimos como los mayores desencadenantes del GI vs dietas más bajas en FODMAP: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31652404/
Parece que el GI es un reflejo de la posible contra venencia que existe entre alimentos con mayor presencia en flavonoides que minimizan la expresión de las proteínas de choque térmico disminuyendo las vellosidades intestinales a diferencia de otros alimentos inferiores en fructanos y derivados que técnicamente no disminuyen la endotoxemia provocada por el ejercicio en el calor, pero que reducen el malestar gastrointestinal, en muchos casos factor limitante en pruebas que se desarrollan en tales ambientes: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27097380/
Simplemente esto es una opinión personal, intentar encontrar un nexo entre la posible reducción de alimentos particularmente problemáticos, que puedan minimizar nuestras adaptaciones al calor y por consiguiente nuestros resultados más adelante en esas condiciones estresantes que tendríamos que enfrentarnos.
Por supuesto no aliento una reducción de la ingesta de frutas y verduras en ningún momento ni que nadie deje sus hábitos saludables y diarios de lado, ya que los flavonoides se han demostrado útiles para reducir múltiples dolencias y mejorar la salud en general en la mayoría del grueso de la población, pero tal vez minimizar una ingesta de fruta y verdura tras un entreno en condiciones cálidas puedan ayudar a mejorar las ganancias y evitar síntomas gastrointestinales en la medida de lo posible.
David.